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Biografía de Juan de la Cierva

Imagen del rostro de Juan de la Cierva
Índice:

Juan de la Cierva

Imagen de Juan de la Cierva y su firma


Juan de la Cierva y Codorníu

 

El inventor, científico e ingeniero Juan de la Cierva nació el 21 de septiembre de 1895, en Murcia.

Hijo de Juan de la Cierva Peñafiel, empresario, abogado y político de don Alfonso XIII.

Mostró un gran interés por la aeronáutica, gracias a su abuelo, Ricardo Codorníu Stárico, quién le explicó porqué volaba un avión.

También asistiría a las exhibiciones aéreas del piloto francés Julien Mamet, en Madrid y Barcelona.

En 1904 se trasladó a Madrid con la familia, por las obligaciones políticas del padre.


Sus amigos

 

Allí conoció a sus amigos de la infancia y adolescencia, entre ellos José Barcala, Tomás de Martín Barbadillo y Pablo Díaz.

Y también, su hermano Ricardo de la Cierva, el más joven de la pandilla, con los que ejecutó sus primeras incursiones en el universo aeronáutico.

Siendo muy joven, mostró una gran capacidad de comprensión y habilidad para la fabricación de cualquier objeto volador.

En 1910, se aventuró en la ardua tarea de construir aeroplanos, tan grandes como para poder volar en ellos.

En una carpintería de la calle Velázquez, construyeron con maderas, telas y cuerdas de piano, un aeroplano-biplano al que añadieron un motor.

Lo llamaron “BCD-1“, el “Cangrejo Rojo“.

Foto de un autogiro

Esta máquina, fue al primer aeroplano hecho por españoles que voló en España (Madrid, verano de 1912).

De la Cierva, realizó y terminó los estudios universitarios en la Escuela Especial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos.

En esa época, continuó con sus estudios autodidácticos de aeronáutica, siguiendo los trabajos de F. W. Lancester y N. Jonkowski.

En 1919, como proyecto de fin de carrera diseña el primer biplano trimotor construido en España.

Y lo hace volar en el aeródromo madrileño de Cuatro Vientos, aunque el piloto lo acaba estrellando.

Como consecuencia, Juan de la Cierva decide buscar la forma de crear una aeronave más segura que los aeroplanos del momento.


Autogiro

 

Diseñó y construyó una máquina voladora capaz de despegar y aterrizar sostenida por unas alas giratorias, no fijas.

Este nuevo diseño fue el célebre Autogiro, que sería el flamante antecesor del helicóptero.

fotografía del primer autogiro

Sus primeros tres prototipos fracasaron porque los rotores estaban fijados al eje central de forma rígida.

Sin embargo, cuando los articuló libremente, consiguió la suficiente flexibilidad y fuerza de sustentación para que la máquina volara.

El primer nombre que dio a su nueva aeronave fue “Autogiróptero“, pero luego lo redujo a Autogiro.

El aeródromo de Getafe fue testigo, tras varios intentos, de la elevación y sustentación a 200 metros del suelo del primer Autogiro.

Y en menos de un año realizaría el trayecto desde Cuatro Vientos a Getafe.

La máquina se sometió a diversas mejoras y pruebas.

Se dio la circunstancia de que Juan de la Cierva obtuvo en su Autogiro el título de piloto aviador de primera clase.

Foto del rostro de Juan de la cierva con gafas y gorro de aviador

Años más tarde, logrará mejorar el Autogiro hasta conseguir el despegue vertical sin rodadura.

Gracias a unos perfeccionamientos técnicos de los rotores, que luego fueron tomados directamente para el helicóptero.


De la Cierva Internacional

 

En 1925, se traslada a Londres, a instancias del Ministerio del Aire de Gran Bretaña.

Con el apoyo financiero de James George Weir, industrial y aviador escocés, creó la compañía comercial “The Cierva Autogiro Company“, para el desarrollo del Autogiro.

Allí producirían varios modelos.

Más tarde, fundaría en Estados Unidos “The Pitcarm-Cierva Autogiro Company of América”, para el desarrollo del Autogiro en este país.

Su invento se construiría en serie en USA, no obstante, Juan de la Cierva siempre inscribió sus patentes en España.

Imagen de la patente del autogiro
Patente de Juan de la Cierva

Imagen del plano del autogiro C 30 A

El ingeniero murciano realizó demostraciones en Francia, Alemania e Italia y en 1929 protagonizó uno de los grandes hitos en la historia de la aviación.

Realizó la travesía del Canal de la Mancha, la primera vez que un Autogiro lo hacía, pilotando él mismo, de Londres a París.

Fotografía de Juan de la Cierva dentro de su autogiro

En 1934, el Autogiro de Juan de la Cierva acompañaba al vicealmirante R. E. Bird en su expedición al Polo Sur.


Reconocimiento

 

Su esfuerzo y talento fue recompensado con los más prestigiosos reconocimientos, condecoraciones y títulos, dentro y fuera de las fronteras de su país.

En España fue nombrado Ingeniero Aeronáutico Honoris Causa y recibó el Premio de la Fundación Duque de Alba de la Academia de Ciencias.

En el ámbito internacional, destaca el Trofeo Collier, otorgado por la National Association Aeronautic de Estados Unidos y la Medalla de Oro Guggenheim.

foto del Trofeo Collier

En 1932, ya se habían construido 120 Autogiros, que habían recorrido cuatro millones de kilómetros en treinta mil horas de vuelo.

El legado de Juan de la Cierva a la historia de la aviación es extraordinario.

Sus patentes y avances aeronáuticos, se han reconocido universalmente como la contribución fundamental para el despegue y vuelo del helicóptero.

El 9 de diciembre de 1936, Juan de la Cierva fallecía, paradójica y tristemente, en el Aeropuerto de Londres-Croydon en Inglaterra.

El avión comercial en el que viajaba con destino a Amsterdam se estrellaba e incendiaba en el momento del despegue.

De la Cierva encontraba una muerte precoz en lo que tanto había luchado por evitar, un accidente aéreo.


Juan de la Cierva es, sin lugar a dudas, uno de los grandes inventores españoles.